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Chipre, la Isla Dividida

  • Foto del escritor: Admin
    Admin
  • 13 feb 2018
  • 15 Min. de lectura

Actualizado: 6 jun 2018

Playa, montaña e historia, mucha historia en esta isla del Mediterráneo que recorrimos durante 6 días. Desde Karpaz hasta Limasol, pasando por Nicosia, la Roca de Afrodita y Tróodos.


En esta entrada vamos a hablar del viaje que hicimos a Chipre el pasado otoño. Además de perdernos a través de la espectacular Nicosia, los paisajes y el buen tiempo que tuvimos, este también fue el viaje donde se nos ocurrió la idea de hacer este blog. Antes de ir a Chipre, ninguno había oído mucho de la isla. Decidimos ir allí principalmente porque era el punto medio entre Turquía y Bulgaria, los sitios donde estábamos viviendo en ese momento.


Un poco de historia


Lo primero que llama la atención cuando se ve un mapa de Chipre es la línea que divide la isla en dos partes: la República de Chipre al sur y la República Turca del Norte de Chipre al norte. No se puede decir que la divida en dos países, ya que la independencia del norte solo está reconocida por Turquía. La división de la isla se produjo en la década de los 70 del pasado siglo, cuando los nacionalismos de ambos lados, los griego-chipriotas y los turcos-chipriotas, desembocaron en la ocupación de un tercio de la isla por parte del ejército turco. Pero la historia de la isla se inicia mucho tiempo antes.


Chipre ha estado habitada desde hace 5000 años cuando pueblos de la isla negociaban con los egipcios, hititas y mesopotámicos. En los siguientes siglos, la isla fue ocupada por los asirios, egipcios, persas, hasta los griegos con Alejandro Magno. La posición geográfica de Chipre atrajo a todas estas civilizaciones hasta la llegada de os romanos, que conquistaron el territorio. Cuando se produjo la división del Imperio Romano, Chipre quedó en el lado Oriental, que finalmente pasaría a constituir el Imperio Bizantino. Fue en esta época cuando la Iglesia Chipriota se consolidó en la isla. En el S.X, los Cruzados fundaron el Reino de Chipre y en el S.XV, entregaron la isla a la República de Venecia.


En 1571, el Imperio Otomano conquistó Chipre, trajeron consigo dos cambios que todavía hoy afectan a la vida de los chipriotas: la llegada de los turcos como nueva etnia y la consolidación de la Iglesia Ortodoxa como líder religiosa y política de los griego-chipriotas. Tras tres siglos de control otomano, el Imperio Británico tomó el control de la isla al mismo tiempo que nacía un doble movimiento nacionalista. Por un lado, el griego-chipriota que buscaba la “enosis”, la unión con Grecia (la cual había logrado la independencia del Imperio Otomano en 1821); y por el otro lado, el de los turco-chipriotas que preferían el “taksim”, dividir la isla entre griegos y turcos. El conflicto se fue incrementando hasta que Chipre logró la independencia en 1960.

Las cuatro banderas de la isla: Grecia, Chipre, Turquía y República Turca del Norte de Chipre

Aunque el nuevo gobierno intentó integrar a ambas etnias, hubo problemas desde el principio. Finalmente, la cúpula militar que en ese momento gobernaba Grecia promovió un golpe de estado con la intención de anexionar la isla a Grecia. Como reacción, Turquía envió su ejército y ocupó el tercio norte de la isla. El conflicto llevó a la ONU a intervenir y crear una especia de frontera, la Línea Verde, que divide Chipre en dos partes. El sur está habitado por los griego-chipriotas, mientras que en el norte residen los turco-chipriotas, que fundaron la República Turca del Norte de Turquía, únicamente reconocida por Turquía (para la comunidad internacional, es la República de Chipre quien controla toda la isla). Ha habido diferentes intentos de llegar a un acuerdo, el último en 2004(el mismo año en que Chipre entró en la UE) cuando la unificación se votó en referéndum. Los turco-chipriotas optaron por la unión, pero los griego-chipriotas votaron mayoritariamente en contra. No obstante, se han producido ciertos avances, como la apertura de la frontera en ambas direcciones.


Si quieres saber más sobre la historia de Chipre, puedes leer nuestro artículo dedicado a ella aquí.


¿Norte o Sur? Ambos

Una de las primeras cosas que tuvimos que decidir era que parte de la isla queríamos visitar. Al principio, al buscar información sobre la Chipre, lo que nos dimos cuenta es que estaba literalmente divida en dos: norte y sur. Además, estaba el hecho de tener que cruzar al “frontera”, ya que no sabíamos si íbamos a tener problemas, si había restricciones o siquiera si iba a estar abierta. Además, teníamos 6 días para visitar la isla incluyendo los días para la llegada y la partida. Teníamos que tener cuidado a la hora de decidir que visita. Por si fuera poco, además queríamos recorrer la isla haciendo autostop y nunca se sabe cómo se puede dar...


Lo único que teníamos decidido era que Nicosia era una parada obligatoria. Nos habían hablado muy bien de la ciudad, tenía el atractivo de estar cruzada por la Línea Verde y además, era nuestro punto de encuentro.


Otra cosa que teníamos bastante clara era que, aparte de Nicosia, queríamos evitar las grandes ciudades y apostar por la naturaleza y los pueblos pequeños. La cuestión era decidir entre la zona turca, dejando para otro momento Tróodos, Paphos o el lugar donde dice la leyenda nació Afrodita, o elegir el sur y abandonar la idea de visitar Karpaz y sus playas desiertas, la hospitalidad turca o la ciudad fantasma de Varosha en Famagusta. Después de pensarlo mucho, decidimos hacer el viaje por la zona griega, y conformarnos con el norte de Nicosia de la zona turca. Pero en un cambio de última hora, nos preguntamos: ¿Por qué deberíamos perdernos un lado de la isla? ¿Por qué no conocer las dos atmosferas de Chipre? Así que al final, la siguiente ruta, que incluía tanto el norte como el sur, con Nicosia como centro de operaciones.

Desde allí teníamos pensado ir a Famagusta, pero la belleza de Karpaz nos lo impidió.

Nos encontraríamos en Nicosia donde pasaríamos dos noches. Después de visitar la ciudad, intentaríamos parar un coche para ir a la zona turca. Primero a Kyrenia y desde allí intentar llegar a Karpaz, en la punta Este de Chipre. Desde aquí teníamos pensado ir a Famagusta, pero la belleza de Karpaz nos lo impidió. Finalmente, dejaríamos el último día para visitar la zona sur, yendo a través de las montañas y terminar en Limasol, después de haber visitado la Roca de Afrodita. El último día nos separaríamos de nuevo para coger nuestros vuelos desde Larnaca y Ercan.

Nuestra ruta por Chipre

Nos encontraríamos la primera noche en Nicosia, donde pasaríamos las dos siguientes noches. Después de visitar Nicosia, intentaríamos encontrar un coche que nos llevase a la zona turca de la isla. Primero a Kirenya y desde allí intentar llegar a Karpas, en la punta más oriental de la isla. Desde allí, teníamos pensado ir a Famagusta, aunque la belleza de Karpas nos lo impidió, y volver a Nicosia a dormir. Finalmente dedicaríamos el siguiente día para visitar la zona sur, pasando por las montañas y acabando en Limasol, tras haber visitado la Roca de Afrodita. El último día nos volveríamos a separar para coger los respectivos aviones en Limasol y Ercan.


El encuentro


Luis llegó al aeropuerto de Ercan, y lo primero que hay que saber es que está en el lado norte de la isla. Ercan es un aeropuerto muy pequeño con una terminal en la que no puedes perderte. Nada más salir del avión uno se encuentra con el control de pasaportes. Incluso cuando la República Truca del Norte de Chipre (RTCN) solo está reconocida por Turquía, el control es como en cualquier otro sitio. Antes de comenzar el viaje habíamos leído que era recomendable evitar que pusieran el sello en el pasaporte y en lugar de eso pedir que lo hicieran en una hoja aparte, con eso se evitaban problemas en la frontera greco-chipriota al cruzar la Línea Verde. Cuando Luis estuvo allí, tuvo la sensación de que los policías deberían estar acostumbrados porque no pusieron ningún inconveniente. Nada más recoger el papel con el sello, se arrepintió de haberlo hecho y se quejó durante todo el viaje, y todavía lo sigue haciendo, porque podía usar el DNI para cruzar la frontera, y ahora tiene el sello en una hoja a parte en lugar de en su flamante pasaporte. Posteriormente cogió un autobús que llevó al centro de la Lefkoşa turca, como Nicosia es conocida en el lado norte.


Es una sensación realmente extraña el caminar por calles con tiendas, negocios y, de repente, encontrar un control de policía. Una vez allí, Luis enseñó su pasaporte a las autoridades turco-chipriotas y no tuvo ningún problema más. Cruzar los escasos 50 metros que separan ambos lados es algo único. Es una zona escasamente iluminada, con edificios abandonados, pinturas en contra de la guerra, la OTAN… con calles cortadas que se cruzan. Uno tiene el sentimiento de que está en un lugar en guerra justo al lado de una ciudad normal. Pero si, además, cuando vas caminando y de repente te enfocan las luces de un coche de la ONU desde un callejón lateral, da la sensación de que estás haciendo algo ilegal. Sin más complicaciones, Luis llegó al lado griego y fue a la Plaza Dionisio Salomonu. Allí, Bea estaba leyendo un libro con ese macuto gigante y el brazo en cabestrillo.

Parte del muro de la Línea Verde justo al lado de un barrio corriente

Porque sí, Bea tenía un brazo en cabestrillo. Esto muestra como para hacer algo, solo tienes realmente que querer hacerlo. Bea llegó al aeropuerto de Larnaca y desde allí cogió una shuttle que la llevó directamente a Nicosia sin ningún problema. Desde la última parada, cogió un autobús urbano que terminaba el recorrido en la plaza donde Luis la encontró leyendo.

Allí, Bea estaba leyendo un libro con ese macuto gigante y el brazo en cabestrillo.

EL lado norte


Y aquí es cuando la aventura comenzó. Nuestro alojamiento en Nicosia estaba en la zona sur de la ciudad, con una couchsurfer polaco que estaba viviendo allí mientras hacía su Erasmus. Nos enamoramos de Nicosia y de su ambiente único, diferente al de cualquier otra ciudad. Por eso, podréis encontrar un artículo dedicado solo a Nicosia aquí. Durante el día que estuvimos allí, nos dedicamos a caminar y dejar que nuestras almas se perdieran por los coloridos edificios típicos de un pueblo costero del Mediterráneo (¡pero no lo es!). Después de dos noches en Nicosia, cogimos nuestro camino hacia el norte. Queríamos llegar a Karpaz, y para ello necesitábamos tiempo. Primero nos dirigimos a Kyrenia, camino de la cual hay un castillo. Queríamos ir allí, pero estábamos viajando en autostop y desde la carretera principal hasta la cima había 5 largos kilómetros bajo el sol. Lo intentamos. Y un BMW paró justo en el mismo momento en que estábamos bajando del otro coche. No nos lo podíamos creer... pero el propietario nos dijo que lo acababa de comprar, y que cómo había escuchado un ruido extraño, el ingeniero del concesionario lo estaba probando. Aceptaron en cogernos y llevarnos hasta el castillo, de esa manera ellos también podían probar el coche en una situación de carga más exigente. Las vistas desde el castillo son increíbles. De alguna manera, cuando estamos rodeados de naturaleza en un lugar aislado, nos quedamos sin palabras. Un coche nos bajó desde allí hasta Kyrenia, donde la inmensa fortaleza en el puerto junto con las aguas turquesas nos conquistó. Es una pena ver lo sucias que están algunas zonas. Kyernia es una ciudad pequeña con un gran patrimonio de pueblo pesquero que se puede sentir al recorrer las pequeñas y estrechas calles que salen del puerto, con el sol en la piel y el viento en el pelo.

Y un BMW paró justo en el mismo momento en que estábamos bajando del otro coche.

Después de visitar Kyrenia queríamos llegar a Karpaz. No hay transporte público hasta esa zona, así que decidimos hacer autostop. Empezamos a levantar el dedo cuando un coche paró estando todavía en la ciudad. Otro BMW. EL hombre nos dijo que él iba 5km en esa dirección, así que nos podía llevar, al menos, fuera de la ciudad. Pero después de 5km, pasamos (y no paramos) por el hotel en el que estaba alojado y nos explicó que estaba en Chipre por negocios y el coche estaba alquilado por su empresa. Nos condujo dos tercios del camino, ¡más de 80km! Hay que decir que la carretera es perfecta si te gusta conducir. La carretera siempre a tu derecha y con poco tráfico. Después de él, una pareja de amigos que venían de Grecia (locos, pero estupendos) nos dejó en Dipkarpaz, el último pueblo antes de la playa. Allí compramos algo de comida para la cena y el desayuno de la mañana siguiente. Empezamos a caminar para cubrir los 20km hasta la playa y otra pareja joven nos recogió y nos acercó a la playa en el momento exacto para darnos un baño después de un cansado día y disfrutar de la puesta de sol. Comimos algo y como todavía era pronto para ir a dormir, dimos un paseo por una duna de arena desde donde pudimos ver la Vía Láctea bajo una espectacular noche estrellada. Inolvidable esas horas en aquel rincón de la isla. Al día siguiente no fuimos a Famagusta, como teníamos planeado, porque queríamos disfrutar de la tranquila mañana en la playa vacía, solo interrumpidos por las esporádicas visitas de turistas que venían en autobús por 10 minutos, se hacían la foto y volvían a dejarnos solos con las olas.


Los dos lados de Karpaz: dunas verde y cielo, y un hipnótico mar lleno de azules

El camino de vuelta a Nicosia, donde íbamos a pasar la noche con el mismo couchsurfer, nos llevó toda la tarde y 4 coches. Disfrutamos la comida en un pueblecito muy relajado sin ninguna preocupación. Cuando el último coche nos dejó, tuvimos que la parte norte de Lefkoşa para llegar a la casa, ya que los autobuses urbanos terminan bastante pronto.


El lado sur


La mañana siguiente cogimos el camino hacia Tróodos. La parte más dura fue salir de la ciudad, siempre complicado cuando se hace autostop. Después de un hombre que le dio un regalo a Luis, un conductor manco, y un par de personas más, un hombre mayor que iba a buscar a su madre para llevarle al hospital nos dejó en un pequeño pueblo, Kakopetra, desde donde intentaríamos cruzar las montañas. Nos dijo: si nadie para, yo pasaré por aquí después camino del hospital. No le volvimos a ver, después de la interesante conversación que mantuvimos sobre la situación en Cataluña y la situación militar en Chipre. Nos quedamos sorprendidos como a pesar de la situación política, la gente con la que hablamos estaba a favor de la unificación de la isla y no estaba de acuerdo con los políticos.

Quizá es el hecho de que en los peores momentos es cuando la creatividad aparece, pero fue en ese momento que estábamos tan jodidos cuando tuvimos la idea de escribir este blog.

En la cima de Tróodos donde un chico muy majo nos dejó, descansamos un rato, disfrutando de las vistas, el aire fresco y de un poco de frío. Hicimos parte del camino de bajada andando y que había muy pocos coches que pasaban y ninguno paraba. Al principio, hacíamos bromas sobre la situación, pero después de 2km caminando las bromas dieron paso a la preocupación porque no teníamos plan B en caso de que ningún coche parase. Quizá es el hecho de que en los peores momentos es cuando la creatividad aparece, pero fue en ese momento que estábamos tan jodidos cuanto tuvimos la idea de escribir este blog. Pero al final, una pareja, que nos había visto cuando subían, nos recogió y nos llevó hasta el siguiente pueblo, desde donde cogimos la carretera principal. Tuvimos un pequeño momento de miedo, cuando Bea y su hombro quisieron tener toda la atención de Luis. Pasado el susto, fue abrir aquel delicioso queso para comer… y una pareja de israelís que habían alquilado el coche no acercó a Limasol, donde nos despedimos para seguir camino de la Roca de Afrodita. Estábamos en la autopista. Luis no se paró a pensar que eso podía resultar peligroso para Bea, pero lo era. Finalmente, tuvimos éxito y un hombre que parecía que solo podía hablar con Luis nos condujo hasta allí. Desde la cima de esas colinas, pudimos disfrutar de una puesta de sol inolvidable. A la hora de volver, se nos hizo de noche y pasaban muy pocos coches por allí. Empezamos a estar preocupados, y asustados, porque no teníamos ni idea que hacer. Por suerte, un hombre con una furgoneta paró y nos acercó a la autovía donde, nos aseguró, sería más fácil encontrar algún otro coche. Así fue, y un músico nos condujo hasta Limasol, donde nuestra increíble couchsurfer rusa nos estaba esperando. Allí teníamos nuestra propia habitación con dos camas y nos había preparado algo de cena para compartir con nosotros mientras tuvimos una agradable conversación rodeados del ejercito de gatos que la pareja alojaba en su terraza.

Puesta de sol desde las Colinas de Afrodita

Estábamos al final del viaje. La mañana siguiente Luis cogió un autobús hasta Nicosia desde Limasol. El autobús le dejó en la Plaza Dionisio Salomonu, donde había comenzado la aventura, y desde allí siguió el mismo camino, pero en dirección contrario, que siguió cunado vino desde el aeropuerto de Ercan. Bea cogió otro autobús unas horas después, después de caminar por el paseo marítimo de Limasol. El shuttle la llevó directamente al aeropuerto de Larnaca. Después, cada uno volvió a su propia realidad.


Aspectos prácticos

  • Generalmente, la gente tiene buen nivel de inglés en los dos lados de la isla.

Desde el aeropuerto

  • Larnaca – Nicosia

  1. Volando al aeropuerto de Larnaca, se puede llegar a Nicosia cogiendo un shuttle que se encuentra en uno de los laterales de la pequeña terminal por 8€.

  2. Desde la última parada, hay taxis, pero también se puede coger un autobús urbano (líneas 158/160) por 1,5€. Termina en la Plaza Dionisio Salomonu, que se encuentra en el centro de Nicosia (desde el punto donde el shuttle termina, mirando hacia la carretera, se tiene que ir a la derecha. Si se tiene GPS es fácil orientarse si no, preguntar es la clave. Insistieron a BEA en que cogiera un taxi, pero si se deja claro que se quiere coger el autobús, al final acaban ayudando).

  • Ercan – Lefkoşa

  1. Es posible ir desde el aeropuerto de Ercan al centro de la Nicosia turca (Lefkoşa) cogiendo un autobús. Tarda alrededor de media hora y cuesta 12TL (~4€). La parada de bus está a la izquierda de la terminar una vez se sale de la misma. También hay autobuses a otras ciudades de la zona turca. Hay oficinas de cambio dentro de la terminal.

Frontera

  • No hay mucho problema la cruzar la frontera. Los ciudadanos de la UE puedes cruzarla usando su DNI. No obstante, no es mala idea llevar el pasaporte cuándo se está en la zona turca

  • Se puede pedir que pongan el sello de entrada en una hoja a parte cuando se llega a al aeropuerto de Ercan. Puede evitar posibles problemas al cruzar la frontera.

  • No hay limitaciones (ni de tiempo, ni horarias, ni el número de veces) para cruzar la frontera.

  • La máxima cola que tuvimos que esperar no superó los 20 minutos (mediados de octubre). Generalmente, es instantáneo.

Nicosia

  • En este otro post, encontraréis más información sobre que ver en Nicosia.

Lado norte

  • Hacer autostop muy fácil, especialmente cerca de las grandes ciudades y las principales carreteras. En estos puntos, no esperamos más de 10 minutos. En las carreteras más pequeñas, tuvimos que esperar algo más, pero nunca más de media hora.

  • La moneda en Chipre del Norte es la Lira Turca, TL (1 Lira = 0,23€; 1€ = 4,34€; octubre de 2017). Los precios son un poco más bajos que en el sur, pero no hay grandes diferencias.

  • Castillo de S. Hilarión (verano: 9:00 – 18:00, invierno: 9:00 – 16:30; 7TL, descuentos para estudiantes; visita alrededor de 2h). Está ubicado en la cima de una de las montañas que separan Kyrenia (15km) y Nicosia (20km). Es necesario coger una pequeña carretera de 5km que sale desde la principal. Las vistas desde la cumbre son increíbles, con las montañas detrás y al mar al frente, siendo posible ver incluso la costa de Turquía. Caminar a través de las ruinas y subir hasta la cima es altamente recomendable si se visita el lado norte de Chipre. Al principio fue construido como un monasterio, pero fue reconvertido en fortaleza por los Bizantinos y agrandado por la dinastía luisgnana antes de que los venecianos lo desmantelasen.

  • Kyrenia (en griego) o Girne (en turco) es una pequeña ciudad situada a 25km de Nicosia. Aunque está creciendo debido al turismo de verano, la zona alrededor del puerto es muy bonita, con sus pequeñas calles y barcos. También se puede visitar el castillo (verano: 8:00 – 18:00, invierno 8:00 – 16:00; 15TL, descuento para estudiantes, visita alrededor de 1 hora), un edificio gigantesco a la derecha del puerto. Fue construido en el S. VII y modificado en diversas ocasiones para adaptarlo a las nuevas armas, de ahí las grandes y anchas murallas, destinadas a defenderse de la artillería. En poco más de una hora se puede recorrer el patio central y las murallas con vistas al mar.

  • Karpaz es la península del noreste de Chipre. Allí, está lleno de pequeños pueblos, como Dipkarpaz que es el más oriental, burros salvajes que esperan plácidamente en mitad de la carretera y playas solitarias. La más bonita es la “Plata Dorada”, situada cerca del extremo este de la isla. Es una gran playa de arena donde se puede disfrutar de la paz y la soledad. En otoño, éramos prácticamente los únicos visitantes. Se puede acampar en la zona (si se decide optar por esta posibilidad, recomendamos traer comida, ya que prácticamente no hay instalaciones). En los meses de mayo a agosto, se pueden ver tortugas en algunas playas. Cerca de la playa, están las ruinas del Monasterio de los Apóstoles, casi en la punta de la isla.

Lado sur

  • Hacer autostop en el sur es un poquito más complicado que en la zona turca. No obstante, no es difícil y en 30 minutos es posible parar un coche incluso en pueblos pequeños. En Nicosia, es mejor ir a las carreteras que salen de la ciudad. Nosotros tuvimos algunos problemas en la cima de Tróodos (por falta de coches) y en la Roca de Afrodita (ya era de noche).

  • La moneda en esta zona es el Euro. Los precios son similares a los de otras partes de Europa o España.

  • Tróodos es un Parque Natural situado en el centro de Chipre. El punto más alto de la isla se encuentra aquí, el Monte Olimpo. Es entorno natural es espectacular. En otoño, los amarillos y naranjas de os árboles destacan como llamas sobre el verde de los pinos. También en primavera, como algunas personas nos contaron, la naturaleza es muy bonita. Está lleno de rutas de senderismo muy bien señalizadas, como la que lleva al Monte Olimpo. También los pueblos de la región son merecen la pena, como Kakopetra o Plates.

  • La Roca de Afrodita es, definitivamente, impresionante. Situada al sudoeste de la isla, entre Limasol (45km) y Paphos (25km), esta zona de mar es uno de los sitios más bonitos de Chipre. La Roca por si sola es una recompensa por el tiempo necesario para llegar allí, una gran roca justo en frente de la costa. Pero los alrededores, como las colinas situadas al oeste, ofrecen el mejor mirador ara disfrutar de la puesta de sol, con las playas unos metros por debajo de los acantilados.

  • No pasamos mucho tiempo en Limasol. Lo necesario para hacer autostop y dormir una noche. Nos pareció una típica ciudad de veraneo. Si se hace autostop, lo mejor es no entrar en la ciudad, ya que la carretera y la autopsita se encuentran en la zona más interior.

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