Nicosia en un día
- Admin
- 23 may 2018
- 5 Min. de lectura
Actualizado: 6 jun 2018
Nicosia es la capitula de Chipre. En el norte de la isla recibe el nombre de Lefkoşa. Aquí es posible visitar los dos lados de la ciudad, dos atmósferas de un país: norte y sur. Tan solo 50 metros que separan dos realidades con una historia común.
La llegada
El día que aterrizamos en Chipre y quedamos en la Plaza Dionisio Salomonu, dimos una pequeña vuelta por el lado sur de la ciudad. Realmente no. Nos perdimos y no fue para nada divertido a eso hora. Parecía que no empezábamos bien en Nicosia. No sabíamos que teníamos que tener cuidado porque dos calles pueden tener exactamente el mismo nombre, pero en alfabetos diferentes (¡!) y, por tanto, son dos calles completamente diferentes… Fuimos a dormir nada más llegar a la dirección correcta de nuestro couchsurfer para tener suficiente tiempo al día siguiente para visitar y sentir el ambiente único de este lugar.
Primera parada
Por la mañana, la primera parada fue la Torre Shacolas (10:00 – 18:00, domingos: 11:00 – 18:00; 3€), que está cerca de la Línea Verde y desde allí se tiene una vista aérea de la ciudad (50 metros de altura), haciendo que sea más fácil la orientación para aquellos que, como Bea, tienen ese pequeño problema para saber dónde están. En los muros de la azotea, que está cerrada, están escritos los diferentes episodios de la historia de Chipre (enlace a la historia), por lo que profundizar más en el alma del lugar y lo que define también es fácil.
Perderse al sur de la Línea Verde
Desde aquí, simplemente piérdete por las calles del casco antiguo en el lado sur. Antes de empezar, habíamos planeado visitar cada parte de la ciudad en una mitad del día. Pero no pudimos. Estábamos completamente embelesados por el centro histórico organizado en torno a la Calle Lidras (eje que uno norte y sur), rincones y pequeñas calles, donde se encuentran las calles de suvenires con un encanto que hace que merezca la pena pasar por allí. Caminar sin una dirección concreta, vagando, viendo, disfrutando todo alrededor es algo que hay que hacer. Después de bucear por la parte más turística, dejamos el centro y nos dirigimos hacia las afueras del casco antiguo. Allí es posible encontrar la Mezquita Bayraktar, pequeña y escondida donde las gatas son las reinas. Se encuentra en el Bastión de Constanza, sobre las Murallas Venecianas. Las Murallas Venecianas rodean la ciudad antigua, pero nosotros las vimos en esta zona, que es donde mejor conservadas están. También pasamos por la Mezquita Omeriye camino de la Línea Verde. En el camino, también se puede visitar la Puerta de Famagusta, que es la mejor conservada de la fortaleza, con naranjos alrededor, dando la sensación de que el tiempo no pasa.
… es posible encontrar la Mezquita Bayraktar, pequeña y escondida donde las gatas son las reinas.

Caminar siguiendo la Línea Verde es como estar junto a un pueblo fantasma en una ciudad costera del Mediterráneo. Poned atención a los pequeños detalles. Se puede sentir la lucha entre un lugar abandonado y la vida de un barrio donde las flores aparecen en cada esquina para recordarnos el lado humano del conflicto. Lo que más llamó la atención de Bea de una manera especial fueron las coloridas puertas, con coronas de flores en ellas, que daban un ambiente mágico a la zona. Lo que puede traerte de vuela a la realidad de la ciudad son los soldados de la Línea Verde, en esos estrechas “torres de vigilancia”. No se puede hacer fotos cerca de ellos, pero los agujeros de bala se pueden ver desde diferentes puntos de vista. Uno se pregunta qué estarán protegiendo estos hombres dada lo vació que está todo alrededor. Solo el silencio te rodea, dándote la sensación de estar en una realidad completamente diferente.


Se nos hicieron casi las cinco y todavía seguíamos en el lado sur de la ciudad. Encontramos una bonita y tranquila plaza, entre la Iglesia Faneromenis y el Instituto de Faneromeni, donde comimos algo ligero. Desde allí, fuimos directamente a la Calle Lidra para cruzar la Línea Verde y ver que nos estaba esperando en el otro lado de la ciudad. En el camino, encontramos la misma lucha a lo largo de la Línea Verde donde los bares donde los barriles y la propia línea forman uno de los muros del local.
Solo el silencio te rodea, dándote la sensación de estar en una realidad completamente diferente.


Cruzar la Línea Verde y la atmósfera del lado norte
La frontera son 50 metros que dividen la ciudad en dos. El máximo tiempo que tuvimos que esperar para cruzar fueron 20 minutos (octubre). Una vez que estás en el lado norte, la atmósfera es completamente diferente. Más tranquila, menos turística, mediterránea al estilo turco. Hay principalmente dos lugares que no te puedes perder: el Büyük Han y la Mezquita Selimiye. Caminar por el bazar también es recomendable, pero no algo increíblemente especial.
Büyük Han
Este edificio se encuentra fácilmente simplemente caminando recto por la Calle Lidras. Es un antiguo caravansari (una antigua posada para que los viajeros, caravaneros, pudieran descansar tras la jornada de trabajo) de la era otomana, construido en 1572. Es un amplio espaci (Büyük significa grande en turco y Han significa posada) con un gran patio interior en el centro de la cual hay una pequeña mezquita. Es un lugar muy bonito para sentir el alma de la parte norte de la ciudad y para comprar algunos suvenires. Pasar algo de tiempo allí y quizá un çay (té) podrán transportarte a tiempos pasados.
Mezquita Selimiye
A cuatro minutos del Büyük Han está la antigua Catedral de Hayga Sofía (2€), con un interesante carisma medieval rodeado de un velo romántico. Se construyó entre 1208 y 1326 en estilo gótico por los lusignanos, pero los otomanos la convirtieron en mezquita construyendo dos altos minaretes. Cuando visitamos la mezquita-catedral, justo al lado encontramos un evento sobre comunidad LGTBIQ+. Tenemos que decir que nos sorprendió (positivamente) ya que con todos los estereotipos no habríamos apostado por encontrar este tipo de evento en este sitio. Por lo tanto, también es una buena e inteligente idea comprobar los programas culturales y sociales en ese sito, ¡por si acaso!
Cuando visitamos la mezquita-catedral, justo al lado encontramos un evento sobre comunidad LGTBIQ+.

El contraste entre las dos ciudades
Con la puesta de sol, volvimos a la frontera. Mientras volvíamos, empezamos a escuchar sonidos extraños. Esos sonidos eran dos gatos que estaban teniendo una pelea callejera. Era lo único que había en este lado. Cuando cruzamos de nuevo al sur en la Calle Lidras nos teletransportarnos a un lugar completamente diferente, con todos los bares abiertos, gente en las terrazas, todo muy ruidoso y lleno de vida.
¡No perdáis la oportunidad de experimentar las dos almas de un país en una sola ciudad!
Si te ha gustado nuestra experiencia en Nicosia, puedes encontrar todo el viaje a Chipre aquí.
English version (aquí)
Síguenos en Facebook (Couch&Coach) e Instagram (@couchicoach)
———————————————————————————————————————-
Comments